Las cookies aparecieron frente a la incapacidad del protocolo HTTP para almacenar información de estado de sus sesiones y constituyen una valiosa herramienta que permite a los servidor Web mantener información sobre sus visitantes en las máquinas de aquellos. De esta manera se extiende el potencial de las aplicaciones basadas en Web permitiendo diseñar sitios personalizables que recuerdan las preferencias de cada uno de sus visitantes.

Es información estática guardada en uno o varios archivos de texto, escrita y leída por el navegador en la máquina cliente a pedido del servidor.

Poseen una fecha de caducidad y un dominio de pertenencia que utiliza el navegador para decidir la entrega de información. Un servidor cualquiera no puede acceder a la información de una cookie si no encaja en el dominio que ésta tiene definido. También poseen un nombre, un valor, un camino y un atributo de seguridad que puede especificar la transmisión de la cookie por un canal SSL.

Limitaciones de diseño: El navegador guarda 300 cookies como máximo, no más de 4 Kb. por cookie. 20 cookies por servidor o dominio.

Para mayor información lea el capítulo completo ¿Qué son las cookies?

Al conectarnos a un servidor Web que utiliza cookies podemos sentimos bien atendidos puesto que el sitio es capaz de reconocernos, de recordar nuestras preferencias de visualización o idioma, mostrarnos los anuncios que más nos interesan, e incluso librarnos de los tediosos procedimientos de autenticación a través de nuestro nombre y contraseña. Es decir, nos vemos beneficiados a través de un servicio individualizado.

No obstante las cookies no son un buen elemento de seguridad ya que cualquiera que conozca mínimamente su funcionamiento y tenga acceso físico a nuestra computadora podría hacerse pasar por nosotros utilizando los servicios a los que permiten acceder los nombres y contraseñas en ellas almacenados.

Por otro lado permiten a los sitios husmear con mayor facilidad nuestras idas y venidas en sus páginas como así también ir construyendo un perfil cada vez más exacto de nuestros gustos y prefierencias. Si pensamos que esa información podría ser vendida a terceros estamos frente a un caso claro de violación de la privacidad.

Existen muchos rumores falsos sobre las cookies. No es cierto que puedan contagiarnos algún virus, tampoco que puedan extraer datos de nuestro disco rígido o conseguir nuestra dirección de e-mail (eso se ha logrado sin participación de las cookies). No son agentes, no pueden tomar decisiones, el tipo de información que contienen es estática. Tampoco pueden ser leídas por un servidor que no encaje en el dominio de pertenencia que la cookie tiene definido.

Para mayor información lea el capítulo completo: Alcance de las cookies

Existen una cierta cantidad de usos de las cookies, algunos mejor vistos que otros.

La personalización de las páginas que guardan nuestras preferencias de visualización e idioma, las tiendas electrónicas que nos avisan de las novedades sobre los artículos de nuestra predilección y los carritos de compras que permiten juntar varios productos y pagarlos todos juntos en la página de pago, son algunos ejemplos de usos de las cookies que son bien aceptados por los usuarios.

El seguimiento de nuestros pasos en los sitios, los carteles publicitarios, el marketing personalizado y el almacenamiento de información sensible (contraseñas, nro. de tarjeta de crédito, etc.) son ejemplos de usos no del todo bueno que hacen de las cookies algunos sitio.

Para mayor información lea el capítulo completo: Usos de las cookies.

Para mayor información lea el capítulo completo: ¿Dónde se guardan? 

Para mayor información lea el capítulo completo: ¿Cómo desactivarlas?